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jueves, 28 de octubre de 2010

CONCLUSIÓN

De acuerdo al tema expuesto, podemos darnos cuenta que Plotino presenta al mismo tiempo de dar una doctrina del «absoluto trascendente», un proceso de generación de las cosas en las cuales su grado de unidad se disuelve poco a poco en cuanto se van alejando del primer Ser que las produce; pero llega un momento en que estos seres que se han venido alejando poco a poco, regresan y se unen nuevamente a él. Aquí se completa una especie de círculo al cual lo llama el «retorno al Uno», es decir: todo depende y regresa a él.

Concluyamos que esta procesión de los seres, Plotino la presenta de forma gradual que nos permite ubicar dos extremos en la escala de los seres, por una parte mostrando la total inmaterialidad y simplicidad del Uno-Bien y poniendo al otro extremo la total materialidad y multiplicidad de las cosas.

  De esta manera sitúan dos extremos que son, por decirlo así, como los dos eslabones de una sola cadena, en los cuales uno depende del otro inmediatamente. Respecto a las tres primeras hipóstasis, las considera necesarias para poder explicar el origen del mundo material, por eso necesitan contemplar la que le antecede para poder subsistir, pero en el caso del Uno, por no tener un ser que le preceda, no contempla, sino que se vuelve a sí mismo y es consciente de su existencia, este es el origen de la Inteligencia, la cual seguidamente contempla al Uno que la produjo y de esta contemplación tenemos como resultado el Alma activa, esta a la vez contempla al Uno por medio de la Inteligencia y por su naturaleza más imperfecta, tenemos como resultado la materia.
Esta última ya no se considera una cuarta hipóstasis debido a su carácter compuesto incapaz de contemplar.

Por: David Arturo Pineda Escobar

EL CONCEPTO DE «DERIVACIÓN» Y EL MÉTODO PLOTINIANO

1.             EL CONCEPTO DE «DERIVACIÓN» USADO POR PLOTINO

De lo expuesto anteriormente, es necesario tener en cuenta dos términos muy importantes para no confundir el pensamiento plotiniano, o al menos no atribuirle algo de lo que estuvo muy lejos de decir. Si entendemos sus textos usando el término «emanación» como lo hacen diferentes autores; aunque el término usado en sí mismo no exprese contradicción, podríamos correr el riesgo de caer en un panteísmo en donde todas las cosas las entenderíamos como una parte del Ser del cual proceden.

 Entendamos que Plotino nunca habla que las derivaciones del Uno se prolongan hasta identificarse con él, es decir, no habla de una derivación “directa” delUnum, porque en este sentido podríamos caer en el error de afirmar que todo es creado desde el Uno y por el Uno y en este caso admitiríamos que existe un contacto directo entre lo inmaterial (Uno platónico [Dios]) y lo material, y del mismo modo entre el Bien (Uno platónico [Dios]) y el mal. Consecuentemente de esto tendríamos que Dios es productor del mal, que es una conclusión completamente equivocada tanto en el pensamiento plotiniano como en la realidad. Para evitar este tipo de errores completamente equivocados he preferido no utilizar dicho concepto. Añádase también a estas aclaraciones, que el filósofo de Licópolis hablando acerca del mal, hace una clara distinción entre el bien y la «ausencia de bien», entendido como una privación, lo cual no los confunde. Seguidamente lo denomina no-ser el cual está totalmente ausente de forma. Además, Plotino añade:

¿Cómo puede uno imaginarse el mal como forma, si es por ausencia de todo bien por lo que se vislumbra el mal? Si se responde que, porque la ciencia de los contrarios es la materia y porque el mal es contrario al bien, la ciencia del bien será la misma que la del mal, entonces a los que se dispongan a conocer el mal, les será preciso penetrar en el conocimiento del bien, puestos que las cosas mejores anteceden a las peores y son formas, mientras que las peores no lo son, sino mas bien privación. Queda, con todo, otro problema: ¿En qué sentido el bien es contrario al mal? A no ser que lo sea en el sentido que el bien es un principio y el mal un final, o en el que el bien es a modo de forma y el mal a modo de privación[1].

Por el contrario, Plotino habla de una «procesión descendente» en donde cada uno depende inmediatamente del anterior, sin prolongarse al primero que ha iniciado dicho proceso, de modo que, como hemos recalcado muchas veces, no se puede entender una sin aquella que le precede; así como no podemos entender la conclusión de un raciocinio si no tenemos una premisa menor, por ejemplo. No podemos obtenerla solamente con la premisa mayor y luego pasando a concluir, sino que necesitamos la anterior a ella (premisa menor) para poder concluir y hacer un raciocinio completo.

2.             LA DOCTRINA PLOTINIANA

Cuando nosotros hablamos de la filosofía neoplatónica y en especial la de Plotino, lo que se nos viene en mente es la reducción a la unidad, la cual nos permite remontarlos a su principio que él llama Uno. Es este su método fundamental que encontramos en todo su pensamiento filosófico, una «reducción a la unidad». Considerando lo expuesto, podemos agruparlo diciendo que para nuestro autor, el grado de realidad viene considerado de acuerdo a su grado de unidad, de modo que cuanto más unidad tiene un ser, es más real. En esta misma línea, podemos añadir que según su pensamiento, en cuanto más se acerca al que es Uno, será más perfecto y, por tanto, será antológicamente más espiritual.

Encontramos en la doctrina plotiniana una semejanza con el uno delParménides -como hemos aludido anteriormente-, y el bien de la República de Platón. Añádasele aquí, una influencia del estoicismo, especialmente de su física y la concepción del ser absolutamente trascendente: Dios, que vendrá a ser considerado como la primera hipóstasis (ύpόstasiς) o primer sujeto (ύpokeimenon)[2].

De Filón, el alejandrino y de su gran maestro Ammonio Saccas, seguramente extrae su carácter místico y amor por lo Divino hasta conducirlo a una ascesis donde decide separarse completamente de lo terreno para estar en unión con Él. Esto viene expresado, según algunos intérpretes de Plotino[3], como las bases de su religión que la resume con las palabras dirigidas a Eustaquio al momento de su muerte invitándolo a«elevar» su parte divina hacia lo que hay de divino en el universo.
Por: David Arturo Pineda Escobar



[1]  PLOTINOEnéada I, 8, 1, 10-20.
[2]  Véase nota 3 de la introducción a este trabajo.
[3]  Cf. PBGRENETHistoria…, 435.

Por


TERCERA HIPÓSTASIS: EL ALMA ACTIVA

   Para que el Alma pueda mantenerse en la existencia debe contemplar la hipóstasis anterior, de manera que su unidad se encuentre en un dinamismo interior y en sí misma. Encontramos en los escritos de nuestro autor[24], una sección dedicada al estudio del alma que tiene una peculiar característica: es una y se encuentra de forma particular en cada individuo material. Partiendo del principio plotiniano que «el alma sin ser uno no sería ser», no parece contradictoria su afirmación que es a la vez una y múltiple, de lo contrario, si no fuera también una, simplemente no existiría. En este sentido no afirmamos que el alma sea una hasta el punto de estar totalmente exenta de multiplicidad, porque esto corresponde a la naturaleza superior, lo que se está afirmando es que es una y múltiple y que participa de la naturaleza que «se hace divisible en los cuerpos» pero conservando su unidad interna[25]. Nuestro autor es preciso en sus argumentos y no da motivo a objeciones, ya que él mismo se interroga y responde, en efecto, si el alma es una sola ¿cómo es posible que una es racional y otra irracional e inclusive algunas vegetativa?

 Ante este problema, se responde que la parte indivisible del alma se identifica con la facultad racional que no se divide en los cuerpos, mientras que ella, por el contrario, agrupándose en cada uno de estos, proporciona una sensación y consecuentemente es considerada como una potencia[26], y esto no le excluye su dinamismo intrínseco.

Consecuentemente, como la función primordial del Alma es producir los demás seres, podemos considerar esta última de las hipóstasis como una especie de «Demiurgo Platónico» porque es quien tiene contacto con los entes materiales y es capaz de producirlos debido a que es una especie de divinidad superior a todos ellos al cual deben su existencia. En suma, el alma no se confunde con la multiplicidad ni mucho menos con los cuerpos y, de hecho, no puede ser uno de ellos porque le caracteriza su inmortalidad.
En este mismo contexto, B. Grenet sostiene que Plotino toma posición respecto del materialismo epicúreo, pero sobre todo estoico y luego adopta un aristotelismo[27]. El ser del alma, como hemos dicho, de acuerdo a su inmortalidad, a su unidad y multiplicidad, no consiste en adoptar una forma de un cuerpo, que sería contradictorio, sino que es una sustancia que existe antes de ser alma de uno de ellos. En consecuencia, su esencia no es ninguno de los cuerpos sino que su esencia pertenece a la naturaleza misma de la inteligencia[28], de esto se sigue que para poder subsistir tenga que contemplar al Unum a través de ella.

 Estamos evidenciando en estos parágrafos, como es notorio, un problema verdaderamente metafísico que ubica en dos niveles el estado del alma, uno relativamente particular que se encuentra en los seres materiales vivientes y otro completamente universal que se une con lo inteligible.
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[24] Plotino dedica toda la Enéada IV a los temas relativos al alma, los desarrolla en forma sistemática haciendo notar primero su esencia, luego sus problemas y complicaciones para luego terminar con la unicidad del alma. Véase PORFIRIOVida de Plotino 25, 10.
[25]   Cf. PLOTINOEnéada IV 9, 2, 25.
[26]   Cf. Ibídem IV, 9, 3, 13
[27]  P. B. GRENETHistoria de la filosofía Antigua. Curso de filosofia tomista. Herder, Barcelona19844, 430.
[28]   PLOTINOEnéada IV 2, 1
Por: David Arturo Pineda Escobar

SEGUNDA HIPÓSTASIS: EL INTELECTO O NOUS

Como el Uno es potencia de todas las cosas o el principio del cual derivan todas las cosas, así el Intelecto pensándose a sí mismo como fecundado por el Uno, es la totalidad de los entes inteligibles, que viéndolo desde un punto de vista platónico, podemos afirmar que corresponde a su mundo de las ideas[20]. En resumen, el platónico mundo de las ideas se encuentra colegado en cierto modo a esta segunda hipóstasis y se vuelve parte integrante de ésta en el sentido de su carácter inteligible.

El pensar es una propiedad esencial del intelecto que lo hace ser múltiple, inmaterial completamente. Esta afirmación nos permite aclarar que en el Uno no puede haber pensamiento, ya que el pensar es multiplicidad, no es primario sino secundario, de ahí que el Bien, es decir, el Uno no tiene un puesto para el pensamiento porque este se entiende como algo diverso a Él[21]. De esta manera, podemos notar la dualidad que existe en esta segunda hipóstasis: un sujeto pensante y un objeto que es pensado, mientras que en el Bien (Uno) es imposible dicha dualidad.

Pero parece un poco contradictorio que el Unum siendo perfecto no contenga pensamiento, y si no lo tuviera pareciera que es estéril e incapaz de producir algo, sin embargo no es así. Aclarando esta objeción, responderemos al mismo tiempo en el siguiente parágrafo, cómo es que se origina esta segunda hipóstasis.

Como hemos dicho, no puede  generarse por sí sola, sino aquella que está por encima de ella por ser suma Bondad e inmaterial, produce también lo inmaterial, y como hemos dicho que no da lugar al pensamiento, lo que hace es producirla inmediatamente cuando se vuelve a sí misma y tiene conciencia de sí. Nótese que Plotino al hablar de «conciencia de sí», admite en el Unum, un cierto tipo de conocimiento[22], que no es estrictamente un «pensamiento» como en la segunda hipóstasis (noýV). Ahora bien, en la primera de ellas, como no puede contemplar otro ser superior a él, porque de hecho no lo hay, se contempla a sí mismo, se “conoce”, por decirlo así, y esta conciencia es la Inteligencia, que es al mismo tiempo la imagen perfecta del Bien-Uno, de modo que para poder mantenerse en la existencia necesita estar siempre contemplándolo. De esto se sigue que es legítimo afirmar que existe en ella una posesión del bien, pero no por sí mismo sino en cuanto lo ha recibido del Bien-Uno, de esta manera se entiende por qué ella no es Bien-Uno, sino Bien-múltiple, lo cual nos hace pensar en un tercer elemento de la inteligencia: uno-bien-múltiple[23]. De ahí que la Inteligencia extrae del uno la capacidad de generar todas las cosas y estas tienden a la Inteligencia en cuanto esta es portadora del Bien.
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[20]   Cf. GREALE , -D. ANTISERI, Storia Della filosofia I. Dalla Antiquità al Medioevo, Editrice la scuola, Brescia 200410, 370.
[21]   Cf. Enéada V, 6.
[22]   Cf. Ibídem. V 8, 5.
[23]  Uno, que la hace ser única; bien, porque recibe todo de aquel que es Bondad; y múltiple, porque no es simple sino compuesta la cual la distingue el anterior. Es múltiple también en cuanto contiene todas las cosas que son múltiples. Para tener una visión más amplia de este tema, cf. Enéada VI, 7,19-20.

 Por: David Arturo Pineda Escobar

PRIMERA HIPÓSTASIS: EL UNO ABSOLUTO

Para comprender mejor esta primera hipóstasis que pienso es lo central en la filosofía plotiniana debido a que toda su filosofía la puntualiza y la ordena al Uno, he considerado mejor dividirla en tres literales, los cuales denotan su trascendencia, su causa (no en cuanto es causado por otro sino en cuanto es causa de sí mismo) y el retorno de todas las cosas hacia Él.

1.             El uno y su trascendencia

A través del pensamiento filosófico, se han tenido diversas consideraciones acerca de la unidad del ente, en especial en la época medieval (en la escolástica más concretamente). Dichas consideraciones versan en torno a disputas si la unidad es anterior o posterior al ser, u otros planteamientos sobre si es un atributo o propiedad de este, entre otras…, pero en sentido negativo, todos coinciden que la unidad excluye todo tipo de multiplicidad, de modo que, en el ámbito plotiniano, el acto de ser con el uno conducen a una máxima unidad; una unidad que se identifica con su acto de ser y, por ende, es una «unidad absoluta incausada» o como dice más específicamente: «causa de sí mismo» como haremos notar en el siguiente literal.

 Existe, por lo tanto, un Uno que está sobre todas las cosas, es -dice Plotino- una realidad que no es una esencia, sino que está más allá de la esencia, a la que el alma se une[7]. Es este la razón de ser de todas las cosas que en cierta manera tambien son uno. Ya Platón veía en el uno el principio de la esencia de las cosas, entendido ya sea como número o como entera realidad; de todos modos, en cada uno de los casos subraya que es propio de cada idea ser una[8].

Entre otras interpretaciones de la unidad del ente, Pico de Mirándola (1463-1494) sosteniendo la distinción real entre ens y esse contradice a los neoplatónicos afirmando que el esse es superior al unum y, por consiguiente, que Dios no es superior al Esse. Ante estas afirmaciones, hacemos notar que J. Ignacio Saranyana argumenta que el filósofo antes mencionado al afirmar que Dios no es el Unum sino que esta más allá de estequiere subrayar el riesgo de los monismos neoplatónicos[9]. Por otra parte, sin alejarnos del contexto que estamos tratando, colegado a una interpretación parmenídea, W. Beierwaltes, en sus estudios sobre la filosofía neoplatónica, haciendo diferencia entre el Uno que es (en sí mismo) y el uno que tiene el ser (en cuanto recibe la unidad del Uno), hace la diferencia entre lo que no es y lo que es: lo no pensable y lo pensable con las categorías del ser (esse), considera que entender el uno según diferentes prospectivas o admitir formas de realización del Uno diversas la una de la otra, es decir: del Uno que es y el que tiene el ser, deriva de un círculo hermenéutico que está íntimamente ligado al real contenido del Parménides y por consecuencia con Platón.
De este modo, la diferenciación que tenemos del Uno en el pensamiento neoplatónico puede dar como resultado una interpretación específica del Parménides[10].
Con lo dicho hasta ahora, cabe hacerse una pregunta fundamental que engloba, en sentido estricto, la filosofía neoplatónica. En efecto: ¿el ser es uno o es múltiple? Porque lo que tenemos en el mundo es una multiplicidad de seres. En términos generales, los estoicos ya habían intuido a esta pregunta de carácter ontológico insistiendo en la importancia de la unidad en el ser de las cosas; pero Plotino lo comprende de un modo mucho más profundo y radical: Todos los entes son entes por el Uno, ya sea aquellos que son tales en primer grado (en “sentido primero” como traducen otros autores)como aquellos de los cuales se dice que participan de algún modo del Ser ¿Alguna cosa, en efecto, podría ser, si no fuese uno?[11]. De modo que las cosas privadas de su unidad, definitivamente no serían; como tampoco existirían una casa o una nave si estas no tuvieran unidad. Desde el momento en que la casa o la nave pierdan su unidad, dejarían de ser[12]. En resumen, nada puede ser si no en virtud del Uno.

Es muy difícil tratar explicar este problema del desbordamiento del uno para dar paso a la pluralidad sin que a la vez deje de ser uno. Tenemos una complicación no solo para Plotino sino para quien intenta comprender su doctrina y en términos generales para todo pensador que busca tener claridad en sus argumentos. Pero respondiendo a la objeción anterior (si el ser es uno o múltiple), Plotino diría que elesse es, por decirlo así, como una consecuencia de la unidad, que viene después de ser uno y por tanto es menos simple que este. Por este motivo es que tenemos muchos seres en el universo; pero no es que se contrapone al principio de no contradicción, porque podría objetarse nuevamente: ¿Como es posible que algo sea uno y múltiple a la vez?

En respuesta a la objeción anterior, respondemos que la pluralidad es imposible comprenderla sin una cierta forma de unidad, porque lo propio del uno es «ser uno» y nada más, mientras que lo propio del esse, es «ser algo» (una casa o un hombre), esto ya presupone un sujeto y, por tanto, una imperfección en sí misma, cosa que no sucede con el uno. En consecuencia, el uno no es el ser sino el principio del ser.

2.             El uno como «causa sui»

Como las hipóstasis que siguen son causadas por otra superior, son carentes de simplicidad y poseen un grado de limitación. Necesariamente, existe una que es completamente simple e ilimitada[13], superior a la Inteligencia porque es causa de la inteligencia; superior al ser, porque este es en virtud de su unidad. En efecto, su característica principal es infinita potencia creadora, pero ella no es creada; productora pero ella sin ser producida por otra, es decir: posee una propiedad que la hace ser causa de sí misma, superior a todas las cosas. Tenemos aquí una semejanza con el planteamiento aristotélico del dinamismo universal partiendo del Primer Motor que todo lo mueve y atrae en cuanto que él no es movido por nadie[14]. A la vez, ocho siglos más tarde aparecerá la prueba aviceniana de la existencia de Dios y que luego en la edad media, Santo Tomás de Aquino la retoma en su segunda vía que también se colegan con el concepto del Uno trascendente del principal representante del neoplatonismo.

Por otra parte, al inicio del siglo VI, Pseudo-Dionisio Areopagita, reconoce cuando se plantea el problema de Dios, que es un ser absolutamente trascendente, conocedor de sí mismo y, por tanto, causa de sí, el cual se ha revelado al hombre de distintas maneras y con diversos nombres; pero el Areopagita no encuentra un nombre adecuado que exprese lo que Dios es en realidad.

Ante esta búsqueda, denota que ni aquel que parece más afirmativo se adapta a su verdadera realidad: El que «es»[15], sino aquel que elimina toda posibilidad de multiplicidad: el Uno.

El matiz que le agrega Plotino es una ubicación fuera del espacio y del tiempo, creado a sí mismo. Entiéndase con esta afirmación que no esta hablando de una creación temporal, porque si así fuera caería en una contradicción porque la afirmación «creado a sí mismo» podría entenderse como un momento temporal y no es ésta la afirmación plotiniana, al contrario, es entendido no como criatura sino como creador totalmente libre, no como una actividad que apunta solo a producir otras cosas, sino solo desde su acto libre que se identifica consigo mismo; porque en Él no hay dualidad sino completa unidad[16].

3.             El retorno al Uno

Hemos tocado anteriormente los puntos del origen y el fin, pero cabe subrayar ahora que estos dos términos marcan un tema existencial en Plotino ya que su preocupación por encontrar la perfección iniciando en este mundo material, lo lleva a ver en la práctica de las virtudes, el camino más correcto y seguro para poder unirse eternamente con el ser del cual proviene. Es interesante como tiene conciencia de la «belleza de las virtudes»[17], las pone en un plano mediato para alcanzar la perfección y la complementariedad de su vida, es decir, el final del círculo en el cual se encuentra inmerso: procedencia y retorno al Uno, lo cual no podrá lograrlo si no consigue separarse del cuerpo y de todo lo sensible, de lo terreno, de las pasiones…, y en suma, de todo aquello que es contrario a la perfección y, por tanto, crea una distancia con el que es perfecto.                    

El verdadero objeto de nuestro amor está aquí abajo y podemos unirnos a él, tomar nuestra parte de él y poseerlo realmente dejando de disiparnos en la carne. Todos los que han visto saben lo que digo. Saben que el alma tiene otra vida cuando se acerca a él, se mantiene cerca de él y participa de él. Entonces sabe que el que da la verdadera vida esta ahí, y ya no necesita nada. Al contrario debe rechazar todo lo demás y contentarse solo con él […pero] ¿Por qué no nos quedamos ahí arriba? Porque aun no hemos salido de aquí totalmente. Pero llegará un momento en que la contemplación será continua y sin obstáculo del cuerpo[18].

Téngase en cuenta que este «retorno» no es de forma directa, porque de la misma forma como todo depende de él, así todo regresa. Como hemos notado anteriormente en el tema de las tres hipóstasis, es una derivación o dependencia descendente, por consiguiente, su retorno debe ser de forma invertida: ascendente. El Alma por ser creadora de lo material, debe unirse al Espíritu para que éste se una alUnum porque de forma directa, esta unión es imposible[19].
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[7]   Cf. PLOTINOEnéada VI 9, 11.
[8]  Cf. L. J. ELDERSLa metafisica dell’ essere di San Tommasso in una prospettiva storica IL’essere comune. Traduzione di Angela Cocopardo. Titulo originale: The Metaphysics of Being of St Tomas Aquinas in a Historical Perspective. E. J. Brill, Leiden  -New Cork, Libreria Editrice Vaticana, città del Vaticano 1995, 99-101.
Recordemos que Plotino considera todas las cosas como ligadas al Uno, y tal unidad la reciben de acuerdo al grado de articipación que poseen.
[9]  Cf. J. ISARANYANAHistoria de la filosofia Medieval, Ediciones Univesidad de Navarra, Pamplona 19892, 321.
[10]   Cf. W. BEIERWALTESPensare l’unoStudi sulla filosofia neoplatatonica e sulla storia dei suoi influssi. Traduzione al Italiano di Maria Luisa Gatti dal originale: Denken des Einen. Studiem zum Neuplatonismus und dessen wirkungs geschichte (1985), Introduzione di Giovanni Reale, Vita e Pensiero, Milano 1992², 174.
[11]   PLOTINO, Enéada VI 9, 1.
[12]   Cf. Ibídem. 9, 15.
[13]   Para hacer notar un poco más la simplicidad del Unum véase Enéada V, 8, 2, 5, donde Plotino habla de una «belleza sin forma», porque todo lo que tiene forma, es multiplicidad.
[14]    Cf. ARISTÓTELES, Metafísica  XII, 7; 1072 b 3.
[15]   Cf. Éxodo 3, 14: Dixit Deus ad Moysen: «Ego sum qui sum». Ait: «Sic dices filiis Israel: Qui sum misit me ad vos» (Dijo Dios a Moisés: «Yo soy el que soy». Y añadió: «Así dirás a los israelitas: “Yo soy” me ha enviado a vosotros».
[16]   PLOTINO, Enéada VI 8, 20, 5.
[17]   Ibídem I, 6, 6.
[18]  RVERNEAUX,  Textos de los grandes filósofos, Edad Antigua, (texto de Plotino: Enéadas[selección]), Herder, Barcelona 19826, 119-121.
[19]   Sobre este tema, consúltese  IYARZAHistoria de la filosofía Antigua, Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona 19872, 221-228.
Por: David Arturo Pineda Escobar

EL «UNO» Y SUS DERIVACIONES

Como es sabido, Plotino recibe una rica formación platónica, por parte de un conocedor de los filósofos antiguos, desconocido en nuestro tiempo por no haber plasmado por escrito su doctrina. Pero según nos cuenta Orígenes el cristiano, y Porfirio, es un «maestro de las enseñanzas filosóficas»,[1] hasta el mismo neoplatónico de Licópolis nos cuenta que disfrutaba de sus lecciones.
 
        
                                                                                                                          Miniatura de una página de De consolatione philosophie, de Boecio (s. XIV)  Ilustra a Ammonio Saccas que enseña Plotin                

LAS TRES HIPÓSTASIS

Es un valor muy grande para la filosofía y mérito para Plotino haber planteado el problema de la relación entre la unidad y la multiplicidad, lo sensible y la separación total de lo inteligible. Teniendo en cuenta que cuando inició sus estudios filosóficos -a los veintisiete años de edad-, lo hizo debido a un “impulso” repentino, que algunos autores lo consideran como un cierto tipo de vocación, una llamada interior seguida de una conversión que tiene de fondo un motivo religioso y moral a consecuencia -como dice su biógrafo Porfirio-, de las “vergüenzas” que pasaba cuando tenía ocho años al no abstenerse de sus travesuras[2].  Este deseo de llevar una vida ordenada moralmente y con principios religiosos, le conduce a forjarse como meta  acercarse ala Divinidad, buscando a la vez, la unidad con Él que está por encima de todo[3]. Por consiguiente, estas dos realidades inseparables -principio y fin-, lo lleva a reconocer elUno trascendente como del cual todo procede y al que todo debe retornar; en nuestro lenguaje diríamos: «el Dios principio y fin de todas las cosas…» y es así como forma la primera hipóstasis[4]. Seguidamente, como el Uno[5] es absoluto, lo que produce no es algo más perfecto que él, sino con una perfección en menor grado al cual da el nombre de Inteligencia (nous=noýVo segunda hipóstasis. Análogamente como del Uno procede la Inteligencia, así de esta última, procede la así llamada Alma activa o tercera hipóstasis.

 Es, por lo tanto, una derivación o procesión cada una inmediatamente de la anterior que es -por ser la que produce- más perfecta que ella; en efecto, no existe una relación directa entre el Alma activa[6] con el Uno absoluto, sino sólo a través de la Inteligencia, mientras que entre la Inteligencia y el Uno, no existe un intermediario, sino al contrario: existe una relación directa e inmediata, ya que por no existir otra hipóstasis antes que ella se da un vínculo de unión entre ambas. De la misma forma, o mejor dicho análogamente, se da ese vínculo entre todas las cosas, cada una inmediatamente en relación con la anterior que, como hemos afirmado anteriormente, es más perfecta que ella.

Veamos ahora un poco más detenidamente cada una de estas tres hipóstasis, para ver en que manera depende cada una de la anterior y cómo se relacionan entre sí.
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[1]   EUSEBIO DE CESAREAHistoria Eclesiástica VI 19, 13.
Según algunas fuentes, Ammonio es uno de los primeros y grandes neoplatónicos que no escribieron, sino que como era costumbre aun,  transmitían sus doctrinas por la dialéctica. Entre otras expresiones, lo llamaban «el ungido de Dios».
[2]   PORFIRIOVida de Plotino 3, 15.
[3]   Ibídem23, 15.
[4]  Véase su significado en la nora 3 de la introducción a este trabajo.
[5]  Téngase en cuenta para la lectura del texto, que hablo de Uno (con mayúscula), para referirme al Uno absoluto, perfecto, es decir: a la primera hipóstasis; mientras que al hablar de uno (con minúscula), me refiero a la unidad como negación de pluralidad.
[6]  Prefiero llamarla Alma «activa» en cuanto sostiene las actividades de la vida psíquica (procedente de la inteligencia) y la distingue de  los otros tipos de alma que son menos perfectas y las cuales según el pensamiento plotiniano, dependen de ella.
 Por: David Arturo Pineda Escobar