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martes, 26 de febrero de 2013

DUDAS FRECUENTES A PARTIR DEL 28 DE FEBRERO


1. *¿Tendremos 2 papas?- NO. A partir del 28 de febrero a las 20:00 No tendremos papa. Desde ese momento habrá sede vacante. Por eso, en todas las misas, se omite el nombre del papa y se nombra solo el del Obispo ordinario del lugar hasta que se elija al nuevo sucesor y se nombrará el que él mismo elija.
2. *¿Y cómo le llamaremos a quien renunció? - Se le podrá llamar Benedicto, porque el nombre lo conserva (pero no se le podrá llamar papa, porque ya no lo es). Se le podrá llamar Ratzinger, porque es su apellido (pero no se le llame Cardenal, porque desde que fue elegido papa, dejo de serlo y al renunciar la sede de Pedro, ya no recupera el cardenalato porque posee una dignidad mayor todavía).
3. *¿Y deja de ser Obispo? - NO. Claro que será siempre obispo, se le podrá llamar "Obispo emérito de Roma" (porque no existe un obispo sin diócesis.  Emérito porque es una asignación sin oficio (oficio=cargo),  es un título honorífico; pero no se le podrá llamar "Obispo de Roma", porque el obispo de Roma es el papa y él ya no será el papa. Así que cuando te refieras a él, no olvides poner la palabra "emérito".
4. *¿Y usará la sotana blanca? - PUEDE SER. La sotana no es algo que necesariamente le identifique como Sucesor de Pedro, es un ornamento litúrgico que la pueden usar los clérigos y obispos, para distinguirse la del papa es especial con una faja que lleva bordado su escudo, pero puede conservar el color blanco si lo desea; pero no usara la esclavina blanca (estilo manto sobre los hombros) para distinguirlo del nuevo papa que si debe llevarla.
5. *¿Usará el anillo del pescador? –NO, porque el anillo del pescador es propiamente del sucesor de Pedro y él ya no lo será. Igualmente no usará los zapatos rojos  porque  son propios para el romano pontífice según una antigua tradición que representa su disposición al martirio si es necesario.

6. *¿Y qué harán con el anillo del pescador? - El Cardenal camarlengo se encarga de destruirlo, se fundirá para hacer el nuevo anillo del sucesor de San Pedro, Vicario de Cristo.

 David Arturo Pineda Escobar

domingo, 17 de febrero de 2013

UNA DECISIÓN SEGÚN LA VOLUNTAD DE DIOS

No hace falta gran inteligencia para darnos cuenta el motivo de la renuncia del papa al ministerio Petrino. Desde el inicio de la "declaratio" que el papa Benedicto XVI dirige a los Cardenales (y en todo su contenido) he visto que se trata de una decisión según la voluntad de Dios.
Una decisión “de gran importancia para la vida de la Iglesia”, como él afirma al inicio del documento, no puede ser tomada a la ligera. Además, un Papa de incomparable altura intelectual, con su sabiduría, no podría equivocarse en una decisión del género. Fue una decisión según la voluntad de Dios.

Para un cristiano y un conocedor de la función que el Papa desempeña, resulta más fácil todavía comprender su renuncia. ¿Por qué? - Porque el gobierno en la Iglesia no es un puesto de poder y dominio sobre los demás como ocurre con el poder civil para servirse a sí mismos y para enriquecerse. El gobierno en la Iglesia, en cambio, es un puesto de servicio y de entrega a los demás. Donde el único interés es llevar a los demás hacia la salvación. Hay un abismo de diferencia entre el gobierno político y el gobierno eclesial. Esta diferencia la hace Jesús ante Pilato cuando le pregunta: ¿Con que tú eres Rey? y Jesús le responde sin dudar: “mi Reino no es de este mundo” (Jn 18,36).

Lo que para nosotros pudo parecer sorpresa de un hecho repentino, no fue así en realidad. La decisión del Romano Pontífice fue un hecho premeditado, fue el resultado de una vida de oración y reflexión. Me viene en mente el discurso a los jóvenes en la Catedral de Sulmona el 4 de julio de 2010: “la vera preghiera non è affatto estranea alla realtà” ( la verdadera oración no es en absoluto ajena a la realidad), es decir, se adhiere a la verdad, el diálogo con Dios es garantía de la verdad, ayuda a ser nosotros mismos en cada ambiente, “fieles a la voz de Dios que habla a la conciencia, libres de los condicionamientos del momento” y continúa citando a San Celestino V quien en 1294 renunció a su pontificado: “supo actuar según su conciencia en obediencia a Dios, y por ello sin miedo y con gran valentía, también en los momentos difíciles, como aquellos ligados a su breve pontificado”.

Como podemos ver, en la “declaratio” repite casi las mismas palabras pronunciadas hace más de dos años y medio hablando de aquel Papa que supo obedecer a Dios al renunciar: “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”.

Cuando escuché estas palabras, lo primero que se me cruzó por la mente fue: cuanta humildad, se cree “incapaz” de llevar adelante la barca de Pedro que se le fue encomendada. Prefiere retirarse y encomendar la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, nuestro Señor Jesucristo. Tiene la certeza que la voluntad de Dios es retirarse y llevar una vida de entrega a la oración. Tiene claro que el gobierno en la Iglesia es una vida de servicio y no de poder, y cuando sabe que no tiene fuerzas físicas, la forma de servir a la Iglesia es retirarse a una vida escondida, desaparecer para el mundo y encontrarse con Dios en la Oración. No busca el protagonismo, lo único que busca es servir al pueblo de Dios y hacer la voluntad de Aquél que lo llamó a tan grande ministerio. Esta es una verdadera lección de sabiduría y humildad.

David Arturo Pineda Escobar

DECLARATIO (Benedicto XVI)

Queridísimos hermanos,
Los he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicarles una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, les doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
                                                                                              Vaticano, 10 de febrero 2013.
                                                                   BENEDICTUS PP XVI

Fratres carissimi

Non solum propter tres canonizationes ad hoc Consistorium vos convocavi, sed etiam ut vobis decisionem magni momenti pro Ecclesiae vita communicem. Conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata ad cognitionem certam perveni vires meas ingravescente aetate non iam aptas esse ad munus Petrinum aeque administrandum.
Bene conscius sum hoc munus secundum suam essentiam spiritualem non solum agendo et loquendo exsequi debere, sed non minus patiendo et orando. Attamen in mundo nostri temporis rapidis mutationibus subiecto et quaestionibus magni ponderis pro vita fidei perturbato ad navem Sancti Petri gubernandam et ad annuntiandum Evangelium etiam vigor quidam corporis et animae necessarius est, qui ultimis mensibus in me modo tali minuitur, ut incapacitatem meam ad ministerium mihi commissum bene administrandum agnoscere debeam. Quapropter bene conscius ponderis huius actus plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae, Successoris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commisso renuntiare ita ut a die 28 februarii MMXIII, hora 20, sedes Romae, sedes Sancti Petri vacet et Conclave ad eligendum novum Summum Pontificem ab his quibus competit convocandum esse.

Fratres carissimi, ex toto corde gratias ago vobis pro omni amore et labore, quo mecum pondus ministerii mei portastis et veniam peto pro omnibus defectibus meis. Nunc autem Sanctam Dei Ecclesiam curae Summi eius Pastoris, Domini nostri Iesu Christi confidimus sanctamque eius Matrem Mariam imploramus, ut patribus Cardinalibus in eligendo novo Summo Pontifice materna sua bonitate assistat. Quod ad me attinet etiam in futuro vita orationi dedicata Sanctae Ecclesiae Dei toto ex corde servire velim.

Ex Aedibus Vaticanis, die 10 mensis februarii MMXIII


BENEDICTUS PP XVI
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